El valor de ser una estrella: la amistad y la complicidad



Los verdaderos amigos son como las estrellas, brillan más cuando la noche es oscura.
*Jaime Otazú*

Los amigos contribuyen, en gran medida, a conformar nuestra vida. Su afecto, su cercanía he interés por nuestros actos pueden ayudarnos a crecer, u ocasionar inestabilidad, incluso dañarnos. Muchas veces hemos presenciado escenas desagradables donde los mejores amigos se pelean constantemente, porque uno pretende influir en las opiniones y actitudes del otro.

Una amistad se cultiva con tiempo para que sea fuerte, solida, estable y apreciada. Claro que pueden existir conflictos o desavenencias, pues cada persona es distinta, cada cabeza es un mundo y no es posible concordar en todo. Sin embargo, con prudencia, con tolerancia y con madurez, se lograra salvar cualquier obstáculo que pudiera empañar la amistad.
Existen muchas formas de explicar desde el punto de vista universal, el significado de la palabra amistad, por que las personas que llegan a tener ese espacio en nuestra vida tienen un gran valor y representan una fuerza enorme para con nosotros. Quien encuentra un amigo, encuentra un tesoro. Decía Benjamín Franklin: “SE LENTO EN ESCOGER A UN AMIGO, Y MAS LENTO EN CAMBIARLO”.

Hace unos años viví una experiencia desagradable relacionada con la amistad. Alguien que decía ser una amiga, amiga del alma, de buenas a primeras cambio su actitud frente a mí, dejo por un tiempo de dirigirme la palabra, y al investigar que sucedía, preguntarle del porque esa actitud conmigo, solo se limitaba a decirme que: “No pasaba nada”. A pesar de que intente averiguar el porqué de su indiferencia y comportamiento más frio que un glaciar, seguía con la misma respuesta. Dice un fragmento de una canción interpretada por Franco de Vita: “Claro que se perder, no será la primera vez, hoy te vas tú y mañana me iré yo”. Y así fue, opte por irme yo. Me dolió mucho perder esa amistad, ya que creí que estaba basada en la confianza y respeto, pero al final de cuentas no fue así. Lamentablemente años han pasado y la distancia ante esa persona se incrementa y dudo mucho que algún día pueda saber por qué de ese comportamiento.

Los ciclos que conforman nuestra vida inician y terminan; el dialogo, el buen trato y la confianza deben alimentar siempre una relación de amistad para lograr que perdure. Decir adiós a un amigo es algo que duele porque ocupa un lugar en el corazón. A veces llamamos “amigos” a todas las personas conocidas y el titulo les queda bastante grande. Sin embargo a aquellas que sí lo son, representan, como lo mencione párrafos arriba, un valioso tesoro que debemos alimentar y solventar con respeto y confianza todos los días. Hoy tengo varias amistades que poco a poco se van alimentando para poder llegar a ser considerados amigos o como algunos coloquialmente les llaman: “los compas”. Deseo que si tienes una amistad que ha perdurado con el paso de los años, la cuides, la procures y recuerda: “SI algunas personas deciden irse, es porque seguro otras mejores están llegar”.

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